
Más que nada se debe a que con el paso del tiempo, las células se desgastan y por ende desequilibran las funciones orgánicas para las que fueron determinadas.
Si bien para ello no existe una fuente total de la juventud, la terapia que más se acerca es la embrioterapia, que justamente lo que hace es compensar estas alteraciones, recargando el combustible que el organismo va perdiendo. El tratamiento usa “embrioninas” que son agentes naturales que se extraen de las capas embrionarias de determinados porcinos en sus primeras semanas de gestación. Contienen minerales, vitaminas, cobalto, cobre, hierro magnesio y zinc, entre otras sustancias fundamentales que evitan los efectos del desgaste del organismo.
La acción embrionaria empieza en el corazón de la célula ya que éste puede atravesar la membrana celular sin problemas y así son absorbidas por el organismo en un cien por ciento. Básicamente lo que hacen en el citoplasma una vez instaladas es renovar todos sus elementos orgánicos e inorgánicos, rejuveneciéndola. Además, en la elaboración de las embrioninas se deshecha el contenido celular alergénico con lo que no produce ningún efecto colateral ni tienen contraindicación alguna.
Antes de empezar el tratamiento, el médico tiene que hacer una evaluación del paciente por medio de un chequeo exhaustivo, sin internación y usando equipos de alta tecnología no invasivos. De esta forma se identifican las alteraciones biológicas que en su fase inicial son responsables del proceso del desgaste orgánico que puede llevar al envejecimiento prematuro. Según los resultados obtenidos, el médico indicará la dosis, ya sea vía oral o sublingual, y la frecuencia que le corresponde a cada paciente. Por lo general este tratamiento ambulatorio, no dura más de cuatro meses y siempre se combina con aminoácidos, enzimas y oligoelementos para potenciar los resultados.